Silencios de otoño

Y a cada paso enmudece el silencio por el crujir de las hojas caídas. Y de cada hoja, se escucha un murmullo de lo que, cuando aún estaban vacías, siendo testigos de lo que allí acontecía. Historias de amor, ahora dormidas en el sendero, para ser recogidas, leídas y guardadas en la mochila de cada vida que por allí pase.

Porque estas hojas de otoño, no lloran por el olvido de no ser leídas, cantan a cada paso todos aquellos susurros, que al oído, iban haciéndose verso en cada labio, cuando la palabra se hacia beso, cuando la mirada se hacia libro y cuando cada suspiro se dibujaba brisa.

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